Contenerse para dejar pasar la tormenta

En ocasiones la mejor opción es contenerse, morderse la lengua, retenerse hasta que la tormenta pase, aunque no siempre es posible. Esto no significa el no decir las cosas, pero si dejar la expresión del malestar para un momento más apropiado, quizá ofrecer ese punto de vista en un momento más oportuno. Se trata de controlarse para no dejarse llevar por los impulsos.
La vida nos hace toparnos con circunstancias poco oportunas y también con comportamientos propios o ajenos que nos ofrecen un escarmiento poco merecido. En dichas ocasiones nuestra reacción puede ser impulsiva con las consecuencias que ello conlleva, pues podemos reaccionar de un modo inesperado por la otra parte o, quien sabe, motivado para hacernos salir de nuestras casillas. Por ello, es fundamental controlar esos impulsos y llevar a nuestro terreno la situación para aprovecharla de algún modo productivo y no desecharla por puro orgullo. 
Cierto es que no siempre es posible ese autocontrol pero sí es efectivo el entrenamiento para que poco a poco seamos capaces de controlar cada uno de nuestros impulsos. 
Ante todas estas cuestiones hay otro dicho popular que puede ofrecer alguna solución, es que "el tiempo todo lo cura".

Despertar nuestra ternura interior y humanidad

Mostrar a los demás nuestra humanidad y ternura puede ser algo tremendamente positivo. Se me ha antojado poner estas palabras al gesto de saludar a los demás de una forma totalmente cercana y atenta, preocuparnos por el otro con sinceridad y no sólo como cortesía, perder tiempo o mejor dicho, ganar tiempo en atención a los otros. Todo ello desde una base ciertamente humana.
Acercarnos al mundo desde nuestra imagen de persona, algo que debería ser lo más lógico, pienso que es enormemente efectivo para mostrarnos al mundo y que así nos vean. Debería de ser lo más natural y sencillo, pero a veces perdemos tiempo y esfuerzo creando máscaras artificiales para ofrecer algo que no corresponde con la realidad. 
Un acierto a la hora de mostrarnos a los demás es mantener abierta la puerta de la sinceridad. Evitar, eso si, desplegar nuestro instinto animal a la hora de evidenciar realidades crueles. En ese sentido entra en juego a nuestro favor una buena escala de valores, que pueden ser, aunque no es imprescindible que así sea, los que en el fondo ofrecen religiones, como la católica en España y otros países, las demás de base cristiana u otras.
Los tan recurridos valores humanos son un sólido pilar en el que sustentar nuestro comportamiento o forma de actuar cuando interceden determinadas diatribas. 
Sinceramente, opino que los valores humanos emergen cuando tratamos de despertar nuestra ternura interior y humanidad, poniéndonos en el lugar de los demás, pensando cómo se sentirá esa otra persona, por muy alejados que estemos de su punto de vista, forma de pensar o intereses. Sólo así, dando rienda suelta a nuestro lado más humano, podremos sentirnos bien, si con ello hacemos que el prójimo también se encuentre a gusto.


Aprovechar los puntos de inflexión

Sucesos que marcan un antes y un después

Hay sucesos que marcan un antes y un después, hitos que vienen a determinar un punto final y un punto de partida. En muchas ocasiones nos cercioramos de estos espacios de tiempo a posteriorí, pero si tenemos la ventaja de ser conscientes en pleno epicentro de los mismos, es decir, entre el antes y el después, podemos jugar grandes factores que nos ayudarán a tejer el futuro de una manera muy positiva. En este sentido se pronuncian grandes sabios que nos guían con sus palabras, alumbran nuestro camino con el avance de su experiencia. 
En muchas ocasiones estos puntos de inflexión son tiempos de crisis, son espectáculos nefastos que puede que el negativismo de ellos nos nublen la vista. Precisamente esa oscuridad general hace que los más avispados jueguen con ventaja y quizá emergan de sus cenizas con mayor fuerza. 
Aquí cabe reseñar frases muy utilizadas a posteriorí, que en su haber quedaron en las biografías de personas de reconocido prestigio, tomo las mismas de la web euroresidentes, para citarlas a continuación: 
  • "El fracaso consiste en no persistir, en desanimarse después de un error, en no levantarse después de caer". -Thomas Edison
  • "En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento". -Albert Einstein
  • "La felicidad es saludable para el cuerpo, pero el sufrimiento es el que desarrolla las fuerzas del espíritu". Marcel Proust
  • "Tus circunstancias pueden no ser de tu agrado, pero no han de seguir siendo las mismas si concibes un ideal y luchas por alcanzarlo". -James Allen
  • "No es grande aquel que nunca falla, sino el que nunca se da por vencido".
  • "La grandeza de una persona se puede manifestar en los grandes momentos, pero se forma en los instantes cotidianos". -Phillips Brooks
  • "El hombre se descubre cuando se mide contra un obstáculo". -Antoine de Saint Exupery
  • "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles". -Bertolt Brecht
  • "Recuerda, hoy es el mañana por el que te preocupabas ayer". -Dale Carnegie
  • "Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar". -Pablo Neruda.

Finales para descartar lo malo

El fin de año puede ser un buen momento para poner punto y a parte a lo negativo

El fin de año es una de las fechas más destacadas en el calendario. Quizá sea la más compartida en el mundo. En muchos lugares se queman fuegos artificiales. En España se comen las doce uvas de la suerte. Se brinda con buenos deseos. Luce el oro y el intenso rojo.
Llueven intensamente chaparrones de felicitaciones, buenos deseos y prosperidad. Una vez que el calendario muestra un nuevo año se agiliza el ejercicio de saludos en forma de besos y abrazos. En ocasiones entre personas que de otro modo nunca lo harían. 

El fin de año es un final de ciclo idóneo para desechar las cosas malas. Plantearse cambiar los malos hábitos por buenos. Recuperar las buenas amistades, distanciarse o plantearse las malas o incompatibles. Se puede determinar esta fecha con tiempo para cerrar círculos. También es interesante quemar simbólicamente tanto material innecesario en nuestra existencia. Llegamos al mundo desnudos y si nada en las manos y así nos iremos. 
Los finales quizá sean buenos momentos para cerrar etapas, cerrar heridas, aunque estas bien sabemos que se sufren más de lo deseado. En ocasiones tomar decisiones dolorosas que auguraran continuaciones felices. Podar para permitir que nuestra estructura de supervivencia no se desplome debido a un peso desmesurado.
El año acaba y es un momento incisivo y destacado que se presta ideal para realizar acciones que en otro momento quizá vamos postergando indefinidamente.
Aprovecha ahora no lo  dejes para mañana, corta hoy con lo malo porque mañana es año nuevo.


Se valora mas lo bueno de los malos

En este mundo estamos los malos y los buenos.
En todo caso pongamos como ejemplo de bondad, la solidaridad. Hay personas que son más altruistas que otras. Mientras que unos no se mueven sino reciben algo a cambio, otros lo dan todo sin esperar nada a cambio.
Quiero detenerme en lo que esperamos de estas personas y como reaccionamos ante sus buenas acciones.
Cuando somos participes de una buena acción de una de esas personas que, por norma, actúan desinteresadamente, lo vemos tan común que hasta pasamos por alto dicha acción. De hecho creemos que es su obligación.
Sin embargo nunca exigiríamos responsabilidades a un insolidario que no realiza una acción de ayuda a los demás.
Pero demos la vuelta a la tortilla y aquí es donde se clava la espina. Donde se puede ver el factor equivocado de nuestra precepción:
Si una persona de estas que no tienen por costumbre arrimar el hombro realiza una buena acción. Nos producirá un efecto sorpresa y alabaremos más de la cuenta su buen hacer, aunque no tenga demasiado mérito, nuestro agradecimiento será mayúsculo porque, simplemente, no nos lo esperábamos.
Sin embargo, si el caso es que una persona que siempre ayuda, no ha ejercido la buena acción esperada (justificada o injustificadamente). Arremetemos contra ella sin piedad, muchas veces, sin detenernos y ponernos en su lugar. Porque una persona que tiene un buen corazón no se deja embaucar por principios que no son propios de su forma de ser, a no ser que haya algo secundario que los demás no podemos ver a simple vista.
Realizo este escrito ateniéndome a ejemplos de la vida cotidiana. Siempre tendemos a minusvalorar las buenas acciones de los solidarios y a engrandecer las de las personas que no hacen nada a cambio de nada.
Viniendo de una persona u otra, si es una buena acción no deja de serlo. Tampoco los buenos están mas obligados a ayudar que las otras personas que tenemos por malas.

Ponerse en el lugar de los demás

Para ganar, en la mayoría de las ocasiones, tenemos que llevarnos a los demás a nuestro terreno. Para vencer, tenemos que convencer. Convencer, según el diccionario de la Real Academia Española es Incitarmover con razones a alguien a hacer algo o a mudar de dictamen de comportamiento. Pero bien es verdad que hay ocasiones en las que las posiciones son tan distantes que no somos capaz de hacer ver que nuestros intereses son los mismos que los de las personas con las que queremos llegar a un acuerdo.

Está de moda la expresión ponernos las botas del otro y quienes consideran que esto no es de este modo. Imagino la incomodidad que supondría ponerme los zapatos de una persona que tiene un pie menor que el mio. Sobre todo si quiero caminar todo el día con ese calzado. Sería tratar de meternos en la otra persona con presión, cuando lo que realmente hace falta es comprensión. Es lo que la RAE define como "encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos del otro". 
Normalmente, toda conducta, toda forma de ser, toda actuación tiene una justificación. Quien opina de un modo tiene sus razones para hacerlo. En ocasiones no somos capaces de ponernos en su lugar, ni de entender porque esa persona se comporta de dicha manera. Quizá esa persona tampoco comparta nuestro parecer. Por ello tenemos que hacer un esfuerzo de ponernos en el lugar de los demás para hallar la lógica de su comportamiento y desde ese espacio llegar más adecuadamente a un entendimiento.
Ponerse en el lugar de los demás no es fácil, ni siempre posible porque son muchas las cuestiones que hacen que cada cual seamos como somos. Por mucho que queramos encontrar el porqué una persona es así, muchas veces se nos escapan detalles. El ser humano es inmensamente complejo, diverso, variado, exclusivo, único, maravilloso. 



Disfrutar de los merecidos elogios

Los elogios llegan para reconocer nuestras cualidades, méritos, buenas acciones y buen trabajo. Cuando somos regalados con palabras de otras personas, estamos siendo recompensados. Solemos recibir estos premios en forma de palabras, cariño y atención en diferentes momentos de la vida.  Ejemplos de las obras que motivan estas recompensan son: cuando somos madres/padres, cuando un proyecto funciona, cuando es conocido un buen trabajo, cuando realizamos una buena acción. 
Considero que es bueno disfrutar de esos merecidos homenajes. Es muy importante poner en valor estas vitaminas que, si asimilamos correctamente, nos fortalecen y nos motivan a seguir por el buen camino.
Otros ejemplos de estos premios humanos pueden ser: el caluroso aplauso que reciben los actores tras una puesta en escena, el abrazo entre amigos; las felicitaciones de quienes conocen y valoran un proyecto; los agradecimientos; y muchas otras muestras más de afecto, aprecio y reconocimiento.
Elogiar y dejarse elogiar es hábito saludable entre personas queridas, entre amistades 
Pienso que es bueno hacer uso y disfrutar de estas cuestiones, que cuanto menos despiertan una sonrisa y otro reguero de sensaciones, sentimientos y emociones. 


Saber irse a tiempo

Saberse ir a tiempo a veces es la mejor solución. En otras ocasiones quizás no.
Cuando pasamos un tiempo determinado, largo, realizando algo en ocasiones se plantea el dilema que nos hace pensar en cuándo tomar la decisión de poner un punto final. Puede ser en un trabajo, un puesto de responsabilidad, una determinada tarea de cualquier índole. El caso es que hay veces que cuesta decir adiós porque nos creemos imprescindibles en dicha tarea, pero a todo hay quien gane. Todos tenemos nuestros momentos de gloria. La cuestión es saber cuando estos tiempos acaban y si es mejor que se nos desplace desde fuera o seamos nosotros quienes decidamos irnos en el momento oportuno. Si nos quedamos más de la cuenta quizá nos despidamos en el peor momento o hagamos que la gloriosa despedida se convierta en nefasta.
¿Será mejor escuchar?: ¡es una pena que se haya ido!, o ¿será peor que digan?: ¡ya era hora de que se fuera.
El dilema o la cuestión se basa en darse cuenta si es bueno agotar los grandes momentos hasta que se difuminan o sí es más positivo dejar perder un espacio de fortuna para salir de ese terreno dejando una sensación positiva.
El caso es que en ocasiones puede ser muy buena idea el preparar un fin con éxito asegurado, en vez de dejarse llevar por la improvisación.






El antifaz de la vida

En fechas como el Carnaval, u otros momentos, en que podemos salir a la calle disfrazados, afloran muchos sentimientos que normalmente permanecen dormidos. Disfrazarse para dejar brotar algunas cuestiones dormidas puede tornarse beneficioso para quien lo experimente. 
Aunque ha quedado muy atrás el día de Carnaval, como ejemplo recuerdo ver aflorar un espíritu juvenil inusual en personas mayores que se encontraban camufladas por antifaces cualesquiera. Me gustó ver que esas personas se sintieron ese día más jóvenes de lo que son.
Quizá los disfraces nos permiten comportarnos de forma diferente a como la sociedad espera que lo hagamos. Esta suposición me hace plantear la posibilidad de que, siempre y cuando no hagamos mal a nadie: nos comportemos como realmente queramos, aunque la sociedad espere otra cosa; que derrochemos un espíritu juvenil, tengamos la edad que tengamos, que derrochemos cordialidad y cortesía, aunque no conozcamos a quien nos encontremos en nuestro camino; que seamos amables con cualquier persona; que nos permitamos el lujo de hacer el bien sin mirar a quien;..







Nunca nada volverá a ser igual

Nunca nos encontraremos en la misma situación que ya hemos vivido. Nuestra vida nunca será igual, Las personas con las que convivamos no serán las mismas ni del mismo modo. Por mucho que lo intentemos, nunca volveremos a vivir la misma situación. Nunca conoceremos una persona igual, ni tendremos el privilegio de revivir una excelente experiencia pasada exactamente del mismo modo. No sería nada igual, incluso si volviéramos a un trabajo pasado. Tampoco sería lo mismo que antes si nos reencontramos con una persona con la que mantuvimos un estrecho vínculo (puede ser de amistad o de otro tipo). Nunca nada volverá a ser igual. 
El tiempo pasa, y todo evoluciona, cambia.. Incluso nosotros también somos diferentes, no pensamos igual y actuamos de forma distinta. Responsables de esta mudanza son muchos factores, entre los cuales están nuestra experiencia acumulada, nuestro tiempo vivido, las personas conocidas, el entorno en el que estamos y en el que nos hemos movido, incluso los libros que leemos o los medios de comunicación mediante los cuales nos informamos, aparte de muchas otras cosas más.
En todo esto hay un factor importante, que es nuestra mente inteligente; nuestra psicología y naturaleza humana. Todo ello volcado siempre en favor de nuestro bienestar. 
Opino que aquí entra en juego el buen recuerdo. En nuestra memoria quedan esas buenas experiencias, situaciones o personas de una forma idílica. De ellas sólo guardamos lo bueno, lo que queremos recordar. Es igual que sucede con las fotografías, normalmente eliminamos o rompemos aquellas que no nos gustan, en las que no salimos bien o que nos traen malos recuerdos. 
Por ello pienso que recordamos lo mejor y de un modo tan bueno o positivo que parece perfecto, tanto que nos gustaría volver a ello. Pero si no queremos desilusionarnos o perder el tiempo es mejor desistir en ese querer volver a encontrar lo mismo e invertir esas ganas e intenciones de hacer que el presente y el futuro sea mejor. Podemos volcarnos en las mejores vivencias, escoger los momentos más propicios, relacionarnos con las personas más acordes a nosotros, trabajar en lo que nos gusta, y/o contribuir en que los malos momentos sean lo más leves y confortables posibles. 
El pasado nos sirve para aprender de aquello vivido, revivir los buenos momentos y poder ofrecer ese testimonio al mundo que nos rodea.
En definitiva, los recuerdos son recuerdos y tenemos un futuro por construir con nuestras acciones y omisiones. 


PD: "Aquellos que pasan por nosotros, no van solos, no nos dejan solos. Dejen un poco de sí, llevan un poco de nosotros." Antoine de Saint-Exupéry

"Aqueles que passam por nós, não vão sós, não nos deixam sós. Deixam um pouco de si, levam um pouco de nós." [ Antoine de Saint-Exupéry https://www.frasesfamosas.com.br/frases-de/antoine-de-saint-exupery/ ] (aportada por Pedro Rafael Gomes)

Nota de Teresa Nicolau:
Maravilhoso Jorge! A frase com que encerras, citação de Exupéry, costumo usá—la quando assino livros de honra de falecimento de pessoas muito queridas na minha vida. É, portanto, muito especial. Muito mesmo!
E aqui deixo—te também uma dica de pensamento filosófico que encaixa na perfeição no teu raciocínio: «Um homem nunca se banha duas vezes nas águas do mesmo rio» (frase de Heráclito de Éfeso). Parabéns
[Nada disto são reflexões minhas, mas conhecimentos que me foram transmitidos no ensino]


O presente contém o passado e o futuro. O agora é já o futuro na urgência de chronos. O passado e o futuro não são mais do que o presente. Aquilo que se nos oferece. Uma oferta para viver. 





El impulso de la primavera

A veces nos olvidamos que las personas, los seres humanos también formamos parte de la naturaleza, al igual que las plantas y los animales. La madre tierra, también otros planetas, pero sobre todo los fenómenos naturales que se producen en el globo terráqueo influyen en nosotros como personas, aún cuando permanecemos sumergidos en el interior de las más artificiales ciudades. 
Uno de los fenómenos que podemos disfrutar en muchas partes del mundo es el impulso de la primavera. Esta estación del año, la primera, la del inicio se puede ver muy claramente en los árboles o plantas que despliegan sus fuerzas acumuladas en llamativas flores. 
Nosotros, como personas, seres humanos inteligentes y razonados, también podemos aprovechar el impulso de la primavera y florecer. Deberíamos rebrotar en valores positivos, actitudes beneficiosas para nosotros y para los demás, actos generosos y acciones provechosas.
Podemos replantearnos cada primavera nuestra vida de un modo más eficiente. Podemos reformular nuestras relaciones hacia los demás bajo un criterio más saludable. Reafirmar nuestras actitudes, nuestro modo de vida de un  modo más fructífero, que nos genere mayor disfrute y felicidad. En definitiva, aconsejo dejarnos contagiar por la primavera.


El impulso del amanecer y el atardecer

El comienzo de un día es un momento idóneo para salir a la calle y verse influenciado positivamente por este fenómeno. También tiene sus beneficios contemplar los atardeceres. Normalmente son momentos que nos transmiten sensaciones y emociones. 
Recomiendo aprovechar el amanecer por ejemplo para hacer deporte en el exterior. Resulta muy agradable ser partícipe de ese tiempo en el que la noche da paso al día, la luz toma el relevo a la oscuridad. En ocasiones se puede ver el sol resplandeciente, en otras las nubes ocultan al astro rey. Pero siempre se produce un efecto positivo en nuestras emociones. 
Aprovechar este tipo de fenómenos naturales y gratuitos resulta francamente positivo para nuestro rendimiento diario. También es algo que nos impulsa y nos hace aprovechar más el tiempo porque podemos comenzar la jornada desde el minuto cero con energía. 
¡Qué mejor energía que la transmitida por el sol!



Ayudar a través de nuestra situación de superioridad

Pienso que ciertamente es malo que una persona robe porque lo necesita para comer, por su necesidad y porque es mejor pedir que quitar, pero comparativamente considero mucho peor e incluso realmente preocupantes quien utiliza su superioridad para aprovecharse de los demás. 
La superioridad puede verse en diferentes áreas. Puede ser que sea a nivel económico, a nivel político, a nivel autoritario. Podemos estar en un estatus superior en relación a otras personas dado que tenemos un puesto de responsabilidad, un trabajo público, o una seguridad familiar, local,.. es decir pienso que una persona que es de un lugar frente a un inmigrante esta en un nivel de seguridad superior porque tiene mucho ganado en ese sentido. También los profesores están en un nivel de superioridad frente a los alumnos, los sacerdotes frente a los feligreses, los jefes frente a los empleados, los cargos directivos, las autoridades, los servidores públicos,.. Son modos de estar en grado de superioridad. También puede ser un estatus de superioridad el de personas que poseen recursos propios por los que otras personas tienen que pagar, por ejemplo quien tiene una vivienda en propiedad frente a quien la tienen que alquilar. El periodista tiene superioridad frente a quienes no tienen la oportunidad o no quieren hacer uso de los medios de comunicación, pero sobre todo tiene la responsabilidad de ser deontológicamente correcto. 
Estos son ejemplos de niveles de superioridad que no critico porque son necesarios y que también implican una responsabilidad. Quienes ostentan cargos de responsabilidad deben de dar ejemplo. No es posible que un político o un funcionario público haga uso de favoritismos, ni para el, ni para sus amistades ni familiares, por contrario, pienso que deberían de intentar favorecer a todos, facilitando las cosas. También considero que en este sentido se debe actuar desde otros diferentes estatus de superioridad. 

Quererse a uno mismo para querer a los demás

Quererse a uno mismo también es querer a los demás porque el bien que nos hacemos a nosotros mismos suele trascender a los demás. Cuidándonos también estamos en mejores condiciones para cuidar a los demás y si nos queremos será más fácil que el querer que sentimos por los demás fluya más fácilmente, quizá por una especie de empatia. Se suele decir que es necesario quererse a uno mismo para querer a los demás. 
Podemos querernos a nosotros mismos siendo buenas personas, cuidando nuestro interior, pero también nuestro exterior, nuestra forma de actuar para con los demás y nuestra forma de mostrarnos al mundo exterior, en nuestro modo de actuar e incluso en nuestra propia imagen. 
Si evitamos discutir y cabrearnos nos cuidamos a nosotros mismos, no proyectamos al exterior una imagen negativa pero tampoco sufrimos por este estado forzado. 
Si ayudamos a los además nos ayudamos a nosotros mismos, porque nunca sabemos cuando vamos a necesitar de la mano de los demás. Si no la precisáramos nunca mucho mejor, pero si algún día necesitáramos un apoyo externo siempre será más fácil recibirlo si antes hemos sido nosotros condescendientes en este sentido.
Si somos amables y educados, nos obligamos a mostrar formas más provechosas para nuestro bienestar y seremos mejor vistos. 
Si cuidamos nuestra salud estaremos en mejores condiciones de cuidar la de nuestros seres queridos. 
Si cuidamos nuestra imagen personal siempre proyectaremos mejor hacia el exterior que si no lo hacemos.
Cuidémonos para poder cuidar de los demás y querámonos para querer mejor a los demás. 

¿Existe el tiempo?

A veces me pregunto si pasa el tiempo, o somos nosotros los que pasamos. No hace mucho que leí algo que me resultó interesante en relación al tiempo. Se trata de un párrafo escrito por la argentina Úrsula Rudolf en su guía sobre Visualización creativa. Dice lo siguiente:

"Hay un tiempo exterior y un tiempo interior; generalmente, estos dos tiempos no van de acuerdo: todos conocemos viejos de veinte años y jóvenes de ochenta. Y si aun no los conocemos, es porque todavía juzgamos por apariencias. En el fondo, debiéramos preguntarnos qué es el tiempo, si el tiempo realmente existe o es una invención del hombre destinada a fraccionar algo que es único, a dividirlo, a rotular e inventar diferencias".


Rodearse de buena gente

Cuando te rodeas de buena gente, la suerte te sonríe. Ya lo dice el refrán: "quién a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija".
Normalmente las buenas personas se acercan a las buenas personas. Lo cierto es que nadie se considera malo, pero a veces actuamos mal hacia nosotros mismos o hacía los demás. En esos casos las cosas suelen torcerse fácilmente. Razón por la cual es mejor ver el vaso medio lleno. 
En el momento en que nos acercamos a personas que nos facilitan las cosas, gente que ayuda en vez de poner la zancadilla, seres humanos que luchan por el bien de todos, el camino se allana. 
Nosotros somos responsables de nuestras acciones, también somos quienes decidimos nuestro rumbo a seguir. Eso sí, hay ocasiones o momentos en los que hay fuerzas que nos dominan y nos llevan hacia nuestra propia autodestrucción o nos conducen en direcciones opuestas a nuestros objetivos. En esos momentos, esas buenas personas que nos rodean, los amigos de verdad, los familiares que nos quieren, nos pueden ayudar a reaccionar y rectificar a tiempo. Por esto y más, es tan importante rodearse de buena gente.


La gran fuerza del Año Nuevo

Cada 365 o 366 días, según mande el calendario, hacemos un punto de inflexión. Cerramos un ciclo para abrir otro. Es el fin del año y el comienzo de uno nuevo, un momento crucial en nuestras vidas. Lo celebramos a lo grande, reunidos con seres queridos y comemos las doce uvas para atraer la suerte a nuestras vidas. Todos queremos comenzar con buen pie el nuevo año. Algunos hacemos un balance del año que termina. Otros nos marcamos propósitos o metas para cumplir en el año que entra. El año es muy largo, pero en ocasiones, algunas de esas metas quedan en el olvido, o se van postergando por otras prioridades, por otras preocupaciones o por simple dejadez. Lo importante es intentarlo y reintentarlo, conseguirlo, pero sobre todo disfrutarlo.
El Año Nuevo es un momento crucial en nuestras vidas, pues nos sirve de impulso, a veces para emprender proyectos materiales, también para cuestiones que tienen que ver con nuestro bienestar físico o emocional. Sin duda alguna, también redunda en nuestra mejora personal el marcarnos objetivos más espirituales y actitudinales. Ser mejores personas, perdonar, olvidar y dejar atrás errores propios o ajenos. Ser más buenos con nosotros mismos y con los demás. Ser mejores nos beneficia en todos los ámbitos. Lo predican las religiones y parece ser una norma que funciona.
El Año Nuevo marca un antes y un después, es un punto de referencia que tomamos muchas personas. El cumpleaños también es un punto de inflexión, pero afecta a menos personas a la vez, es decir, sólo a las personas que cumplen el año en el mismo día, y no todos lo tomamos del mismo modo. Puntos de referencia, podemos tener y marcar cuando queramos, incluso los hay por localidades, por ejemplo en la fiesta grande o en fechas concretas; familiares, en momentos destacados como las bodas u otra serie de encuentros. La diferencia que hay con el Año Nuevo, es la universalidad de este, que es un punto de referencia prácticamente global, que no se toma en el mismo y exacto momento en todos los países por el cambio de horario, pero si en tiempo muy próximo.
Nuestras intenciones, nuestros deseos, nuestras ilusiones, la preparación y las celebraciones son las que convierten en un hito especial un momento del año que podría ser igual al resto.
Los comienzos de año son un punto y seguido en las vidas de millones de personas, aprovechémoslo para mejorar el mundo,  ser más justos, mejores para con los demás y con ello, para nosotros mismos.


Levantarse con más fuerza

Para levantarse es necesario estar en el suelo. La vida está llena de baches que nos pueden hacer caer. El secreto es aprovechar ese momento bajo para alzar el vuelo con más fuerza. Esa situación de necesidad, provocada por perder la seguridad que nos proporcionaba nuestra estabilidad, hace que nos aventuremos a tomar senderos diferentes, muchos de ellos nuevos para nosotros. Caminaremos teniendo que hacer frente a retos, a alguno de los cuales jamas pensaríamos que nos enfrentaríamos y encontraremos oportunidades que ni imaginábamos. El tropiezo puede ser un nuevo comienzo, como el que cada primavera afrontan las plantas que dormían durante el invierno, o como el nuevo amanecer que propicia cada mañana el sol con su salida.  Lo importante es querer salir adelante, luchar, trabajar y poner en acción las fuerzas físicas conjugadas con la voluntad, para que también se activen otros grandes impulsos como el espiritual y el moral. Una clave es aprovechar los errores como oportunidades para aprender. 


Cumple tus sueños sin ningún esfuerzo


He aquí un truco para cumplir tus sueños a largo plazo, es decir, esas metas que te gustaría cumplir pero que no corren prisa y que además no son imprescindibles en la vida cotidiana.

La idea no es mía, sino de Montse Hidalgo, fundadora de la Universidad de la Felicidad, que además me da la sensación de que es una de esas personas con las que en cualquier conversación cotidiana se aprende mucho. Esta enseñanza procede de sus redes sociales.

Ella habla de "una lista con deseos que algún día cumpliré" y para mayor concisión aclara que "no son objetivos, ni metas". Los define como "Sueños que cumpliré cuando las circunstancias se den y sin ningún esfuerzo".
El truco que nos regala esta experta en neurociencia, inteligencia emocional, coaching y PNL es el siguiente: 
  • "Coge lápiz y papel y realiza la lista de tus 10 mayores Sueños a día de hoy".
  • "Cada año tacha los que se hayan cumplido y completa de nuevo la lista hasta 10".
Además Montse Hidalgo anima y da sentido a este método, pues dice:"lo que está escrito tiene muchas más probabilidades de que se cumpla y ayudará a tu mente a priorizar y enfocar. Como ya sabes la claridad da poder". 

Un ejemplo, es la excusa usada por Montse para regalarnos estos consejos, su sueño desde niña de tener su propio retrato en casa, una realidad ahora gracias a Florencio Maillo, "uno de los mejores pintores contemporáneos de España", según detalla Monste.



A medio camino

Entre el último día de junio y el primero de julio es un buen momento para hacer un alto en el camino, reflexionar, porque es, prácticamente, la mitad del año. 
Ha pasado un año y se puede hacer un balance de todos los logros alcanzados, de todas las metas conseguidas, de los errores y fallos y de cuanto haya que mejorar. Quizá en este sentido, en el de quemar los malos hábitos, sea una jornada oportuna la de la noche de San Juan. Jornada en la que se alienta a echar a la hoguera todo lo malo, no sólo lo material sino también el resto de cosas que hacen fundamento de esta vida.
Y en tras ese repaso de lo acontecido llega el momento de marcarse nuevos objetivos, nuevas metas, en definitiva mirar hacia adelante. Siempre hay cosas por hacer, siempre se puede aprender, mejorar, lograr cosas. No todo tiene por que ser grandioso, ni significante, cada cual adaptándolo a sus gustos, a su momento vital e incluso a su entorno.  



La guía como clave del éxito

Uno de las raíces que mantiene vivos los principales problemas consiste en la falta de una orientación. Algo que nos diga que es lo que debemos hacer para acabar con nuestros problemas Necesitamos una guía que nos lleve por el camino correcto.  El tener las cosas claras y luchar por llegar a una meta concreta, es una de las claves del éxito. Elegir el camino correcto también lo es, pero antes de nada hay que saber a dónde te diriges. 
Porque no todo en este mundo es el dinero, hay muchos ejemplos de personas que han logrado el propósito perseguido o que cada vez están más cerca de ello, también de quienes con el pasar del tiempo ven más colmado su logro.
Hay quien es feliz con un buen trabajo, aunque sea de peón. Un buen proyecto es la creación de una empresa y su mantenimiento. Otros lo son con la creación de su familia. También son participes de una victoria conseguida los personas que dedican su vida a una vocación religiosa. En casos como este último o el de las personas que entrar en cualquier otra organización jerárquica, tipo el ejército, es fácil la consecución de sus logros, porque la guía existe y es clara.
En atención a la importancia de contar con una guía, aquí dejo algunas sugerencias que se me ocurren:
  • Tener claro el objetivo al que te diriges para no perder tiempo y elegir el camino más corto.
  • Buscar aliados que puedan ayudarte en esa consecución, pueden ser los familiares o amigos.
  • Fijarte en las personas que ya han conseguido lo que tu anhelas, y como lo han hecho.
  • Fórmate e infórmate.
  • Márcate metas intermedias que sean fáciles de conseguir.
  • Intentar tener un plan b o si no se consigue el primer propósito siempre se puede plantear de diferente manera o buscar otra alternativa.
  • Si otros lo han hecho tú también puedes, solo necesitas trabajo y acción.

Emprendiendo un nuevo año

El Año Nuevo ha comenzado y lo ha hecho con un montón de ilusiones, propósitos y nuevos proyectos.

El comienzo de un año es un buen momento también para emprender, aprovechando el impulso del comienzo para sentirse motivado a poner en marcha esa idea de negocio que tanto hemos madurado en nuestra mente.

A la hora de comenzar una nueva empresa, en aras de hacer rentable una actividad económica podemos tener en cuenta las siguientes cuestiones:
  • Todo lo que queramos conseguir será gracias a nuestro empeño y trabajo, la casualidad es muy improbable.
  • El apoyo de la familia, los amigos y personas cercanas es muy importante para dar a conocer nuestro proyecto una vez en marcha, son los que mejor pueden dar a conocer nuestro producto o servicio.
  • Ningún comienzo es sencillo, por eso siempre hay que contar con unas provisiones previas, porque al principio lo normal es tener pérdidas, que poco a poco se van convirtiendo en ganancias.
  • Si emprender fuera tan fácil todo el mundo lo haría, por eso existe un mínimo de dificultad que es superable si nuestra voluntad así lo quiere.
  • Siempre es bueno ganar amistades y no enemigos, en cualquier ámbito. Ayudar en cualquier momento a quien lo necesite puede ser una buena idea, porque nunca sabemos cuándo vamos a tener que ser auxiliados nosotros.

Sobre todo mucha alegría, ilusión, motivación, ganas de trabajar y la iniciativa necesaria para tomar el impulso de lanzarse a emprender.

El agradecimiento

Dar las gracias no cuesta nada y es esencial para mantener la concordia y el buen clima de las relaciones.
Cuando una persona hace algo por ti, bien sea como un favor o porque forme parte de su trabajo, lo menos que se espera es tu agradecimiento.

Estamos acostumbrados a que nos den las gracias cuando visitamos cualquier establecimiento comercial, también es muy recomendable agradecer la atención prestada por la vendedora o el vendedor, porque aunque forme parte de su trabajo, nos ha prestado una dedicación. 


Personalmente me siento satisfecho cuando cualquier persona me da las gracias, aunque no sea por nada.



Hay ocasiones en las que haber hecho cualquier cosa nos ha supuesto tan poco esfuerzo en que decimos no hace falta que me des las gracias, no las merece o de nada. Esta respuesta puede ser adecuada, pero de una manera simple y leve porque exagerar queriendo retirar ese agradecimiento puede ser un motivo de malestar para  con la otra persona. 



Con lo que, lo más recomendable, pienso que, es agradecer y recibir los agradecimientos con agrado porque:





Es de bien nacidos ser agradecidos


Con personalidad propia

Hay personas que gozan de una forma de ser particular. Suelen tener un carácter abierto y agradable y hacen gala de ello en su forma de actuar y vestir. Suelen ser hombres o mujeres que no se preocupan por la imagen de los demás sino que, de esta manera, demuestran que cualquier tipo de individuo es aceptable con sus propios gustos y su libertad de expresión. Siempre que con ello no perjudique a quien les rodea. 

Salirse de los perfiles clásicos sociales imperantes o, lo que es lo mismo, romper esquemas puede quebrantar las normas protocolarias de una institución en particular, pero volviendo a la vida real, lo que hace es marcar tendencia.

Es tan bueno, el mantenerse en la discreción que aporta ir como todos los demás, como, el resaltar por un aspecto característico que hará llamar la atención de todo el que nos ve. Todo ello es cuestión de personalidad y carácter. 

El que resalta y arriesga o se expone a triunfar o a fracasar, pero puede sentirse satisfecho de haber actuado como en ese momento le ha apetecido.


Una pausa siempre viene bien

Cuando el estrés entra en el cuerpo. Ese momento en que las ocupaciones, preocupaciones, estudios, las tareas y hasta el tiempo se echan encima y se apoderan de las personas, la vitalidad empieza a resentirse y se pierden cualidades físicas, psíquicas y habilidades y destrezas, es conclusión, la vejez se echa encima. De ahí que una vez metidos en una situación de estrés que pueda hacerse con el control de nosotros mismos, lo mejor sea detenerse. Parar, encontrar un sitio cómodo, neutral, y a ser posible relajado y apartado del resto de personas para no pensar en nada y en ese no hacer nada, encontrarse con uno mismo y poder volver a empezar de cero.

Hay momentos de estrés por exceso de trabajo, porque se echa el tiempo encima para la entrega de un trabajo o llega un examen y no estamos preparados, también hay momentos de estrés cuando estamos sin empleo y buscamos infructuosamente. Pasa el tiempo y la solución no llega. 
Estrés sumado a exceso de forzar las intenciones puede hacernos no llegar a ninguna parte, por eso, en muchas ocasiones es mejor resetear, apagar el sistema, parar no pensar en nada y dejar el tiempo pasar para que cuando estemos listos, quien sabe cuando, sin prisa volver a empezar y en esa ocasión sí, hacerlo despacio y bien. 
Para frenar y descansar siempre hay tiempo.


El sol, rey del verano


Con moderación es bueno, en exceso peligroso: el sol

Los problemas que acarrea abusar del sol son conocidos por todos, gracias a las campañas de sensibilización lanzadas cada verano. Abusar del sol puede producir:

  • -      Quemaduras
  • -      Envejecimiento prematuro de la piel
  • -      Cáncer de piel
  • -      Cataras y trastornos de la vista

     Pero, de una manera correcta y moderada, el astro rey proporciona numerosos beneficios, entre los cuales destacan:

  • -      Es fuente de vitamina D, necesaria para mantener los huesos fuertes y sanos gracias a que favorece la absorción de fósforo y calcio.
  • -      Mejora la respuesta muscular.
  • -      Mejora la respiración.
  • -      Favorece el buen humor y el positivismo.
  • -      Mejora la respuesta cardio vascular.
  • -      Ayuda a reducir el colesterol en sangre.
  • -      Incrementa la defensa ante posibles enfermedades.

     Todo ello puede conseguirse gracias al disfrute moderado de los rayos solares. Diez minutos de la primera y última horas de sol es la mejor alternativa, porque este es el mejor momento para captar lo bueno del sol, evitando lo malo.

Otras medidas a adoptar para evitar los perjuicios del sol son:

  • -      Usar gafas de sol apropiadas.
  • -      Aplicarse protector solar apropiado para el tipo de piel y clima, renovando cada 45 minutos en caso de exposición solar.
  • -      Aunque parezca excesivo, no lo es, el usar protección todo el año.

Sentirte bien contigo mismo

Aunque parezca hedonista o materialista es necesario, bueno y positivo arreglarse para sentirse uno bien consigo mismo.

He podido comprobar como yendo de una manera o de otra la gente te trata diferente, muchos refranes que hacen al caso como: “al señor de corbata, según le ven así le tratan”, y es cierto. En fin cosas de la vida. También hay otro que dice: “aunque la mona se vista de seda mona es y mona se queda”. Pero eso no es aplicable a la imagen física que es la primera que llega.

Hoy día, necesitamos alicientes que llenen nuestra autoestima y considero muy importante el cuidar de nuestra imagen, tal y como lo hace la mayoría de la personas, acudiendo al gimnasio, haciendo ejercicio, arreglándose y no permitiendo que la pereza se apodere ocultando nuestra belleza. Todas las personas son bellas y depositando un poco de interés en el mantenimiento de esta imagen personal ayudamos a incrementar nuestras ganas de salir, lucir nuestro aspecto y relacionarnos con los demás personalmente.